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domingo, 12 de abril de 2015

Micro Reseña 104: "Cuando aúlla el lobo", de Curtis Garland



Cuando aúlla el lobo de Curtis Garland (Juan Gallardo Muñoz; Selección Terror nº131, Barcelona: Bruguera, septiembre de 1975; portada de Salvador Fabá).

“Véskad sólo tiene una tradición, doctor: los hombres lobo”.

Finales del siglo XIX. Un médico inglés, el doctor Nathan Miller, llega al villorrio de Véskad, en las montañas de Köros-Nagy y en la frontera entre Hungría y Rumanía, y se encuentra con que una serie de mujeres están siendo brutalmente asesinadas por alguna bestia salvaje. Las leyendas locales hablan de hombres que se convierten en lobo a la luz de la luna llena gracias a un don proporcionado por el mismísimo Satanás. El alguacil del pueblo no está acostumbrado a estas barbaridades, así que el bueno de Miller tiene que echar una mano pues parece el único con luces suficientes para investigar el caso sin recurrir a los fantasmas... y es que al doctor Miller no le gusta nada que alguien esté descuartizando a las neumáticas mozas de Véskad, tan de su gusto. Pero la cosa no es fácil, pues sospechosos hay como para aburrir: el veterinario del pueblo es un tipo desagradable y aficionado a coleccionar perros especialmente agresivos; y luego está el desgraciado matrimonio compuesto por una sufrida dama y un químico condenado a la silla de ruedas; y por supuesto, el buhonero epiléptico que, en cada ataque, corre como un loco y aúlla por las calles del pueblo... Y por si faltaba leña, a Véskad ha llegado un circo (uno de esos circos que tanto le gustaban al maestro Garland), y el dueño es un sádico que se dedica a torturar a la guapa amazona de turno...

Clásico relato de “¿hay hombre lobo o no?” que es todo ambiente: taberna transilvana, relatos de miedo a la luz de la lumbre, enfrentamientos en la oscuridad, huellas de canes gigantescos, pelos de lobo aquí y allá, y un tono que yo no definiría como hammeriano, pero casi (y no resulta difícil imaginar a Peter Cushing en el papel de un doctor Miller que, obviamente, terminará consolando viudas...)
En fin, una novelita agradable, clasicona y resultona.



Micro Reseña 103: "Los dioses lloran sangre", de Curtis Garland

La Conquista del Espacio nº256, ilustración de Salvador Fabá, 1975. (Fuente: http://bolsilibrosbruguera.globered.com/, página de Miguel Ángel Linares sobre bolsilibros)

"Los dioses lloran sangre" de Curtis Garland (Juan Gallardo Muñoz; La Conquista del Espacio nº256, Barcelona, Bruguera, julio de 1975; portada de Salvador Fabá. También Ciencia Ficción nº21, Astri, diciembre de 1987; portada de Prieto Muriana).
 
Ciencia Ficción nº21, de Astri, 1987. Ilustración de Prieto Muriana para Agencia Norma.

Una novela flojucha para mi gusto, que tiene un punto de partida maravilloso: estamos en el "agitado siglo XXI" y un astronauta que ha viajado "a donde ningún otro hombre ha llegado antes" regresa convertido en una estatua de oro que sangra rubíes... Su nave experimental es un amasijo de metal, y él es un enigma para la ciencia. Nuestro protagonista, comandante del Cuerpo de Astronáutica, sufre una experiencia cuasi paranormal cuando encuentra una extraña flauta entre los restos de la nave siniestrada, el Tritón Solar, y contempla los ojos ambarinos de una extraña mujer que le pide ayuda desde algún lugar, acaso al otro extremo del universo o más allá...
La posibilidad de resolver el misterio del hombre de oro pasa por utilizar la versión mejorada del Tritón Solar, una nave llamada Galactus (ejem), pero no hay intenciones de repetir el viaje... No obstante, cuando unos malosos liderados por una turgente malvada secuestran el Galactus con el comandante y con la guapa doctora Crabbe a bordo, ya sabemos que no nos vamos a quedar con las ganas de conocer la solución al enigma...

Como decía, una novela con su encanto estelar, pero que no resiste comparaciones con otras de las muchas buenas historias de ci-fi del maestro Juan Gallardo.
Otras reseñas de este mismo título en Bosilibros de Juan Castillo y en Reinos de mi imaginación de Juan Antonio Herrera. A estos compañeros les ha gustado más que a mí, así que, denle una oportunidad, aunque no sea más que para conocer al murciélago de ojos de plomo y a la diosa araña.

sábado, 10 de mayo de 2014

Micro Reseña 95: "Los pajaritos ciegos", Lou Carrigan

"Los pajaritos ciegos", de Lou Carrigan (Antonio Vera Ramírez; La Huella nº81, Bruguera, Barcelona, mayo de 1976. Portada de Salvador Fabá. Reedición en Servicio Secreto nº1716, Bruguera,. 1983; y en Punto Rojo nº50, Ediciones B, 1994).
Servicio Secreto nº1716, Bruguera, 1983
El psiquíatra Amos Grant decide prestar sus servicios a la policía de Nueva York. Y llega en buen momento, pues hay un par de asesinatos aislados que presentan puntos en común: cuerpos cosidos a puñaladas y, detalle macabro, los ojos pinchados repetidamente con agujas (post-mortem, por suerte). Para llevar a cabo la investigación, Grant contará con la ayuda (o viceversa) del sargento de detectives Kester Hyde, que es un poli de los buenos, de los duros, de esos que molan.
El caso los llevará por lugares sórdidos, como una agencia de actores porno, discotecas con muchas luces (recordemos que estamos en los 70) ambientadas por grupos musicales compuestos no se sabe si por hombres o mujeres (porque ¡llevan el pelo muy largo!), la casa donde viven dos simpáticas ancianas -un poco raritas ellas- y otros lugares divertidísimos... Y por supuesto, los héroes tendrán que vérselas con asesinos a sueldo y con guapas mozas retozonas deseosas de echarse novio. Todo esto, con el trasfondo de una serie de crímenes que, al parecer, tiene su origen en los viejos buenos tiempos de un grupo de amigos, que cuando eran niños hicieron algunas cosas de las que quizá no estuvieran demasiado orgullosos...

Nuestro amigo, el escritor Carlos Díaz Maroto, tiene en altísima estima este thriller psicológico y bastante bestia del maestro Lou Carrigan, y no seré yo quien le lleve la contraria, pues me lo he pasado bien. Yo diría que la historia debe mucho a las muchas secuelas, imitaciones y knock-offs realizados sobre el clásico "Psicósis" de Hitchcock (ni me molesto en mencionar la novela original de Robert Blotch, eclipsada por el filme), y quizá con cierta terrorífica película que no voy a mencionar aquí para no dar más pistas... Todo esto, aderezado con una pareja de polis que, para variar, no son "el poli bueno y el poli malo", ni "los dos polis opuestos", pues en realidad, aunque uno sea un veterano y el otro un psiquiatra, ambos son muy buenos a la hora de repartir estopa.
Que sí, que está muy bien la novelita, y cuenta con detalles tan jodidamente escabrosos que, lo confieso, me revolvió las tripas. Muy recomendable.

(Otra reseña de esta misma novela, en Bolsilibros Bruguera, por Antonio Guerrero).

Punto Rojo nº50, Ediciones B, 1994.

sábado, 31 de agosto de 2013

Micro Reseña 76: "Ejecutores de Mundos, S.A.", Curtis Garland


"Ejecutores de Mundos, S.A.", de Curtis Garland (Juan Gallardo Muñoz; La Conquista del Espacio nº290, Bruguera, marzo de 1976; portada de Salvador Fabá. También en Ciencia Ficción nº17, Astri, 1987. Portada de Vicente Segrelles).

Siglo XXX: un hombre muere desintegrado a la puerta de la casa de la hija de su mejor amigo. Sus últimas palabras: Algo sobre el "W.K.I.", "hombres con ojos de oro" y "un cráneo negro". Como el cuerpo se convierte en nada, la chica no da parte a la policía, sino a su novio, que es un comercial agresivo y efectivo que sólo piensa en la pasta, y que en esos momentos se encuentra en Saturno cerrando un trato muy ventajoso para su empresa. A este caballero, que se llama Erik Lentz, eso de que un tipo se haya muerto delante de su novia le trae al fresco, pues él va a lo que va: la pasta. No obstante, cuando unas misteriosas "Escuadras Negras" se cargan al benévolo gobernante de las colonias saturninas y ponen en su lugar a un militar de ojos dorados, empieza a mosquearse... Y más todavía cuando, en su viaje a Júpiter para continuar con sus negociazos interplanetarios, sucede tres cuartos de lo mismo allí... Y a todo esto ¿quiénes son los sectarios que andan por todos los planetas predicando una nueva Religión Única y Verdadera? ¿Por qué cada vez que Erik visita un planeta, se monta allí la de Dios? ¿No va a poder hacer chanchullos tranquilo? ¡Tachán, tachán...!

Una brillante y muy, muy, muy sugerente portada de Salvador Fabá, junto con un prometedor prólogo del maestro Garland ("Esto es algo que quizá nunca llegue a suceder, por mucho que los tiempos y los planetas evolucionen. Ojalá sea así. Resulta improbable que tan demencial posibilidad se llegue a producir", nos dice Juan Gallardo), nos llevan a una novela muy flojita (por no decir mediocre) que no da lo que promete -una coalición universal de Amigos E Imitadores de Galactus-, sino un decepcionante misterio que transcurre en el siglo XXX, en diversos planetas colonizados por humanos en nuestro sistema solar, con una simplista trama de revoluciones internas sin demasiado fuste: si la idea era trabajar sobre la hipótesis de "una mafia-sindicato del crimen capaz de asesinar planetas enteros por encargo" (un planteamiento original, en mi opinión: ¿un Galactus a sueldo? ¡Me encanta!), todo se reduce a una organización villanesca que, en el mejor de los casos, Doc Savage habría podido cepillarse con un brazo atado a la espalda.

Vicente Segrelles le dedicó una segunda cubierta a esta novelita en la colección Ciencia Ficción de Astri, pero no hemos conseguido mejor calidad de imagen. (Y malditas sean las marcas de agua... ¿por qué narices las ponéis sobre imágenes que no son vuestras? Me parece de mal gusto, la verdad).


Ciencia Ficción nº17, Astri, 1987. Portada de Vicente Segrelles.
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martes, 2 de julio de 2013

Micro Reseña 46: "Monstruo en la Ópera", Curtis Garland


"Monstruo en la Ópera", de Curtis Garland (Juan Gallardo Muñoz; Selección Terror nº102, Bruguera, 1975. Portada de Salvador Fabá).

Otra estupenda aportación victoriana y pastichera del llorado Juan Gallardo, esta vez con su versión (reconocida en el prólogo a la novela) de "El fantasma de la ópera" de Gastón Leroux, trasladada al Londres post-Destripador (la sombra de Jack el Salsitas planea sobre toda la historia) y protagonizada por un joven reportero de sucesos, un personaje que, al menos por esta vez, tiene matices y trazas de personaje de carne y hueso, y no de vehículo conductor maniqueo.
¿El argumento? Asesinatos misteriosos de "habitación cerrada" en la Ópera de Londres. ¿Sospechosos? Todos los que ustedes deseen, más un monstruo que es tal cual lo retrata el gran Salvador Fabá en la portada.
No es la típica novelita, ni el típico pastiche, a pesar de que el argumento no va mucho más allá de lo habitual en los relatos victorianos de Garland. No obstante, el ambiente está incluso mejor conseguido de lo acostumbrado en el autor (quien suele evocar muy bien la falsa estética victoriana perpetuada por la Hammer).
No aporto más información porque no tengo la novela a mano y la leí hace ya algunos meses, pero no obstante, siempre pueden ustedes echar un vistazo a otra reseña de esta misma obra, recogida en The Jamaa Fanaka Experience.


jueves, 27 de junio de 2013

Micro Reseña 43: "El negro libro del horror", Curtis Garland

"El negro libro del horror", de Curtis Garland (Juan Gallardo Muñoz; Selección Terror nº125, Bruguera. Portada de Salvador Fabá).

Los Weird Westerns de Juan Gallardo suelen estar plagados de libros que parecen salidos de las estanterías de Thomas Carnacki o de Stephen Strange: las jóvenes maestras de los pueblos del Lejano Oeste tenía lecturas de cabecera relacionadas con la licantropía, el vuduísimo, las supersticiones transilvanas, y otras materias igualmente gustosas.
En "El negro libro del horror", Garland incide en el tema del "Libro Negro", el más oscuro de todos, y se lleva esta suerte de "Necronomicón" a la Inglaterra victoriana que tanto le gustaba y tanto nos gusta a nosotros (o al menos a mí), para crear una trama con demonios que andan sueltos por los parajes de Whitby (una localización netamente draculiana, si recuerda bien el lector de la novela de Stoker), una heredera chalada a la que le están haciendo luz de gas, un joven (y heróico) abogado londinense, un ricachón que anda en busca del librito en cuestión, posaderas de escote generoso (abocadas a tener un final sangriento y gore), y todos esos elementos sacados de las películas de la Hammer (cuyo espíritu flota en las novelas decimonónicas de Curtis) y en buena medida, de las lecturas del autor.
Sería una novela brillantísima de no haberse producido el clásico final precipitado, resuelto de la manera más burda (Sherlock Holmes jamás habría consentido lo que sucede en la última página de esta novela) por falta de espacio.
De todos modos, resulta muy agradable ver cómo Juan Gallardo se aproxima (de refilón) a este tema clásico -que podría haber abundado en dioses extradimensionales, pero no- y, además, la novelita es harto disfrutable: para leer junto al fuego mientras degustamos una copa de brandy y acariciamos a nuestro mastín. Bien.