Mujeres vampiro, de Curtis Garland (Juan Gallardo
Muñoz; Selección Terror nº6, Barcelona: Bruguera, abril de 1973; portada de
Alberto Pujolar).
"¿De veras señorita? ¿Ni si quiera teme... a los que yacen en tierra sagrada pero nunca murieron?"
Segunda de las iniciales producciones hammerianas del
maestro Juan Gallardo; concretramente su segunda incursión en el terreno de la
literatura de terror. A mí me ha gustado menos que la inmediatamente anterior Anoche salí de mi tumba (Sel. Terror nº2) y que la posterior El discípulo de Frankenstein (Sel. Terror nº10), ambas obras maestras indiscutibles de la
diversión gótica sanguinolenta y de la mitología creativa más delirante.
Estamos en 1899, en Hardsfield (Yorkshire, ya saben: tierra
de vampiros donde las haya...), y Marsha Dorian —una joven guapa, inteligente y
etc.— se va a hacer cargo de una herencia envenenada: Dorian Manor, mansión que
había pertenecido a los Todten centroeuropeos, ya debidamente exterminados por
sus vampíricos delitos: las últimas Todten eran tres damas cuyos cuerpos aún
yacen en el viejo cementerio de Hardsfield, desde 1799, ajusticiadas enterradas
bajo el estigma del vampirismo.
La señorita Dorian llega al pueblo en casual compañía del
apuesto (y protagónico) Peter Blake, prometido de una chavalita rica de
Hardsfield (a la que el hábil lector, visto el tonteo que se traen el maromo y
la Dorian, le augura un futuro poco venturoso), y también por un desconocido
vestido de negro, siniestrísimo y bastante borde, que está muy, muy, muy
interesado en las difuntas Todten: Lorella, Valentine y Dahlia. Además, resulta
que tanto la familia de la prometida de Blake, como los parientes de la chica
Dorian, son descendientes de los prohombres locales que ajusticiaron a las
vampiras. Y si alguien piensa por un momento que esas buenas no-muertas van a
permanecer mucho tiempo en su cripta, está muy equivocado...
Más tabernas de nombre significativo (como “El Murciélago
Rojo”), más ambientazo cartonpiédrico de la Hammer, y lluvia, y truenos y rayos
de punta, y turgencias y curvas, y sangre, y referencias literarias al Drácula
de Stoker... y ¿por qué no?, una boda como Dios manda, claro que sí.
Insisto: bien, bien, bien. Pero hay otros títulos mejores o,
al menos, más disparatados y divertidos, como La succión de las mujeres vampiro (Sel. Terror nº295),
que se parece en el título y en poco más...
(Nota: la copia que poseo es un regalo de mi buen amigo, el investigador Andrés Peláez Paz, que reconstruyó esta novelita con mucho cariño y mucha maña... ¡muchas gracias, Andrés!)
(Nota: la copia que poseo es un regalo de mi buen amigo, el investigador Andrés Peláez Paz, que reconstruyó esta novelita con mucho cariño y mucha maña... ¡muchas gracias, Andrés!)
Maravillosa esta novelita. La leía a los 12 años, al tiempo que descubría las películas de la Hammer en "Mis terrores favoritos". A mí, "La succión de las mujeres vampiro", que leía poco después, me gustó mucho menos.
ResponderEliminarAlberto.
Estas cosas son cuestión de gustos, por supuesto. Y dependen mucho del día en que las lees... ¡Un fuerte abrazo, tocayo!
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